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Olavo, el ideólogo detrás del gabinete de Bolsonaro (Publicado en La Política Online 26/11/2018)

28.11.2018 - Internacionales

Todo líder político siempre lleva en su mochila un intelectual de cabecera. El flamante presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, no es la excepción a la regla, y en su caso, quien reviste tal carácter se llama Olavo de Carvalho.

Nacido en San Pablo y con 71 años de edad, Carvalho es un periodista devenido en filósofo y escritor que en 2005 se radicó en la ciudad de Richmond, estado de Virginia, en donde fundó el Instituto Interamericano de Filosofía, Gobierno y Pensamiento Social.

En su curriculum, este iconoclasta intelectual, muestra con orgullo su Green Card otorgada durante la presidencia de Barack Obama en marzo de 2010, como así también las condecoraciones que recibió del Ejército y la Fuerza Aérea de Brasil, en momentos en que el país carioca estaba gobernado por Fernando Henrique Cardoso.

Autor de casi un centenar de artículos y ensayos, su primer trabajo publicado en 1980 fue un libro sobre Astrología. A principios de la década del noventa profundizó sus estudios sobre la obra de Aristóteles y con el desarrollo de internet se dedicó a comercializar cursos de filosofía online a un valor promedio de 35 dólares.

Su formación intelectual giró de su juvenil simpatía con la plataforma del Partido Comunista de Brasil hacia una posición ideológica conservadora extrema. En los meses previos al triunfo de Bolsonaro llegó a expresar que "la presente generación tiene una misión histórica: es la de realizar, sin extinguir una sola institución democrática, lo que los militares de 1964, extinguiendo varias, no hicieron: extirpar el comunismo de la vida política nacional, integralmente y para siempre".

La influencia ideológica de Carvalho sobre el concentrado espectro de la plataforma política de Bolsonaro podría asimilarse a la que ejerció el filósofo alemán Leo Strauss (profesor de Ciencia Política en la Universidad de Chicago entre 1948 y 1968) sobre los "egg heads" neoconservadores que ocuparon importantes cargos políticos durante los dos mandatos presidenciales de George W. Bush. Cabe recordar que el flamante ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, también es doctorado por la Universidad de Chicago.

Tras haber rechazado su nombramiento como ministro de Educación y Cultura, Carvalho publicó en su canal de You Tube que el único cargo que aceptaría por parte de Bolsonaro sería el de embajador de su país ante la Casa Blanca, y sería su principal objetivo desarrollar fuertemente el comercio con la administración de Donald Trump.

Finalmente, y a instancias del propio Carvalho, Bolsonaro designó como ministro de Educación al filósofo colombiano (nacionalizado brasileño), Ricardo Vélez Rodríguez, autor del libro "La gran mentira: Lula y el patrimonialismo petista". Criticado por gran parte de los sectores académicos, Vélez Rodríguez afirma que Bolsonaro no es un líder de ultraderecha, sino sólo un dirigente político conservador.

La influencia de Carvalho sobre Bolsonaro también estuvo tras el nombramiento de Ernesto Araujo al frente la cancillería brasileña. Diplomático de carrera, Araujo es autor del blog "Metapolítica 17", donde publica fuertes diatribas contra los defensores de la globalización: "El globalismo es la globalización económica que pasó a ser conducida por el marxismo cultural. Esencialmente es un sistema antihumano y anticristiano. La fe en Cristo significa hoy, luchar contra el globalismo, cuyo objetivo último es romper la conexión entre Dios y el hombre, transformando al hombre en esclavo y a Dios irrelevante", afirma el flamante ministro de Relaciones Exteriores de 51 años.

Por otra parte, no son pocos los analistas que destacan las semejanzas que unen al flamante presidente de Brasil con su par de los Estados Unidos. Ambos tienen pésimas relaciones con el establishment cultural y los grandes holdings mediáticos, a quienes consideran como los principales enemigos políticos que alimentan a los dirigentes del Partido de los Trabajadores en Brasil, y a los demócratas en Estados Unidos.

Pocos días antes de que Bolsonaro resultara electo presidente de Brasil, el músico y escritor Caetano Veloso publicó una dura columna contra Carvalho en el diario Folha de San Pablo. Lo llamó "Olavo, el sub-Heidegger de nuestro sub-Hitler, el sub-Spengler de nuestro sub-Goebbels", y lo acusó de incitación a la violencia civil por promover la destrucción de la oposición política a Bolsonaro.

A su vez Carvalho mantuvo un agudo debate sobre el valor de la democracia en el nuevo orden mundial con Aleksandr Dugin, un filósofo ruso de estrecha vinculación con el presidente Vladimir Putin (ambos exespías de la KGB) y cercano a las posturas del exasesor de Trump, Steve Bannon. En abril de este año, Dugin disertó en el Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de La Plata, oportunidad en la que presentó varias de sus obras traducidas al español.

Inmediatamente después de su triunfo en las elecciones presidenciales, Bolsonaro realizó un discurso transmitido a través de Facebook en el que se lo veía acompañado de su esposa y cuatro libros: La Biblia; la Constitución de Brasil; las Memorias de la Segunda Guerra Mundial de Winston Churchill; y por último el menos conocido, aunque con más de 350 mil ejemplares vendidos, que lleva un título extraño para un filósofo; "Lo mínimo que usted precisa saber para no ser un idiota". Su autor, nada menos que Olavo de Carvalho, el Rasputín de la nueva derecha brasileña. 

 

 


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